Nikon F4

Artículo publicado en Ojodigital por pixelpeeper. Lo pongo aquí porque hace una sucinta historia de esta mítica Nikon de la que yo, afortunadamente, poseo un ejemplar. Lo compré de 2ª mano en Sevilla, por lo tanto tuvo que ser hacia 1995 ó 1996. Al comienzo de la época digital pensé venderla y de hecho la llevé a Fotocasión con esa intención, menos mal, ahora lo veo así, que ya no aceptaban este tipo de cámaras porque, según me dijeron, tenían un montón de ellas procedentes de  los departamentos de fotografía de todos los periódicos que se estaban deshaciendo de las F4 y cambiándolas por digitales. A partir de entonces cayó en picado su valor monetario y ahora parece que hay un resurgir del sentimental, porque economicamente tampoco es que se pague mucho por ellas.

Pogo aquí este artículo y ya subiré fotos de mi ejemplar en un nuevo post.

Nikon F4

por Pixelpeeper  (Publicado el: 10/08/2010)

Las Nikon F de un dígito (la gama profesional de las Nikon de película) forman parte del selecto club de cámaras que podrían considerarse la crème de la crème de la fotografía de 35 mm, club al que con toda seguridad pertenecerían la Contax RTS III, Pentax LX, alguna gloria germana de los sesenta (Contarex, Contaflex, Leicaflex…) las Alpa, Dynax 9, alguna Leica R, las Canon F1 New, T90 y Eos 1, las Olympus OM y las Leica M, entre otras.

Entre las Nikon F, la F4 siempre me ha parecido una cámara muy interesante, por su diseño a caballo entre lo antiguo y lo moderno y por el gran número de mandos diseminados por todo el cuerpo lo que, sumado a su gran tamaño, le da un aspecto imponente. Como acabo de hacerme de una F4s en eBay (un capricho que quería darme hace tiempo) ahí va un artículo sobre esta cámara:

La Nikon F4

De todas las Nikon F, la F4 es quizá la más controvertida. Todo el mundo está de acuerdo en que la Nikon F fue revolucionaria hasta tal punto que desplazó el centro de gravedad del mundo fotográfico de Alemania a Japón y marcó el inicio de una superioridad aplastante de Nikon en el ámbito profesional. La F2 no era más que una F perfeccionada, así que si la F era buena la F2 tuvo que ser la leche. La F3 introdujo la electrónica pero mantuvo el inconfundible estilo clásico de Nikon y siguió siendo la referencia profesional, fue una excelente cámara como también lo fueron la F5 y la F6, aunque ésta ya pintaba poco cuando apareció y su único mérito consiste en ser la mejor por ser la última. Entre la F3 y la F5 pasó algo: Nikon perdió la primacía del mercado profesional en favor de Canon. Que la marca que equipaba a la NASA y al National Geographic perdiese terreno en favor de una marca de fotocopiadoras que se vino arriba fue un marrón considerable que tuvo que comerse la F4, para muchos la mejor Nikon de película mientras que para no pocos es justo lo contrario… Una cámara que arrastra cierto aroma de fracaso porque las Canon le hicieron morder el polvo, al menos en el terreno del fotoperiodismo y los deportes.

El caso es que cuando apareció la F4 en el año 88 todo pintaba estupendamente para Nikon. La segunda mitad de los ochenta fue una época convulsa en el mundillo fotográfico por la transición al enfoque automático. Tras unos primeros torpes intentos iniciados por Pentax con la ME F (y seguidos por Canon con la AL-1 y después la T80, Olympus con la OM-30 y Nikon con la F3 AF) que intentaban adaptar el enfoque automático a cuerpos manuales de manera rudimentaria mediante objetivos motorizados, Minolta sacó al mercado en el año 85 la primera réflex autofoco con todas las de la ley, la Minolta 7000 AF, quizá la primera réflex moderna no sólo por el autofoco implementado a la manera a la que estamos acostumbrados, sino también por el abandono de los mandos clásicos en favor de una configuración vía pulsación de botones que mostraban información en una pantalla LCD. La Minolta 7000 AF fue un torpedo en la línea de flotación del resto de grandes marcas porque se vendió como churros y marcó el camino a seguir. En el 87 Canon decidió que la transición al enfoque automático pasaba por abandonar la montura FD y apostar por el nuevo sistema EOS, con una montura de mayor diámetro y acoplamiento cámara-objetivo completamente electrónico, lo cual les daba mayor libertad a la hora de incluir novedades. Ese camino ya lo había tomado Minolta un poco antes mientras que Nikon y Pentax prefirieron adaptar su montura y Olympus dejó languidecer su gama de cámaras réflex y se centró en las compactas (¿se repetirá la historia?). El movimiento de Canon produjo, en un primer momento, una desbandada de usuarios cabreados que dejaron la marca ante el abandono que sufrió la montura FD, pero la siembra del sistema Eos daría sus frutos muy pronto…

Poco a poco todos los principales fabricantes fueron sacando cámaras réflex autofoco con mayor o menor fortuna, pero ninguno se decidía a sacar un cuerpo plenamente profesional, así que Nikon le encargó al diseñador italiano Giugiaro (el mismo que diseñó el Volkswagen Golf original entre otros muchos automóviles y que ya había trabajado en el diseño de la F3) que le diese forma a la que iba ser la F4, una cámara que supusiese una evolución mucho mayor respecto de su predecesora de lo que ninguna Nikon F lo había sido hasta la fecha, pero con la premisa de no romper con el pasado, circunstancia que a Canon le estaba costando una sangría de clientes. La nueva cámara debía recoger todas las tecnologías que Nikon había ensayado con éxito en cuerpos de gama más modesta: el enfoque automático, la medición matricial, los nuevos obturadores que permitían sincros de 1/250… a eso se le debía sumar el tradicional diseño modular (ver foto abajo) y robustez de las Nikon F y las prestaciones típicas de un cuerpo Pro (visor con cobertura del 100%, cuerpo sellado, pantallas de enfoque intercambiables, MLU…). Giugiaro elevó la ergonomía de la cámara a un nuevo estándar, dando paso a un diseño más suave de lo que se estilaba entonces, con una empuñadura forrada de un compuesto de caucho que se adaptaba a la mano, en lugar de los tradicionales cuerpos angulosos forrados de vulcanita de la generación anterior. En dicho cuerpo se tuvieron que ubicar la multitud de accionamientos que incluía una cámara que era configurable hasta el menor detalle y que, probablemente, en un guiño a los fotógrafos más clásicos, prescindía de LCD. Lo cierto es que resolvieron el tema bastante bien, con mandos que quedan a mano y que son de un accionamiento preciso.

El resultado fue una cámara compleja como pocas (consta de 1.750 piezas) y se incluyeron tal cantidad de refinamientos y prestaciones nunca antes utilizados en una cámara profesional que es difícil imaginar cómo se las ingenió Canon para superar, en tan poco tiempo, un listón que se había dejado tan alto:

– La Nikon F4 fue la primera cámara profesional autofocus

– La Nikon F4 fue la primera cámara profesional con motor incorporado (conseguía 4 fps pelada y 5,7 fps con la empuñadura MB-21, la más común)

– La Nikon F4 fue la primera cámara profesional con medición matricial

Desde el chasis, construido en aleación de cobre y aluminio de una resistencia excepcional, hasta el sellado contra polvo y humedad, pasando por la electrónica (en su momento fue un alarde tecnológico, con nueve circuitos integrados incluidos tres procesadores), el obturador (garantizado por 150.000 ciclos —Canon sólo ofrecía 100.000 en sus Eos 1— con palas de distintos materiales y mecanismo para absorber las vibraciones), el motor incorporado, etc., TODO en la F4 fue cuidado hasta el mínimo detalle para reinar con autoridad en el mercado profesional. De hecho, cuando la F4 apareció a finales del 88 había tortas para comprarla por los más de 2000$ de la época que costaba sólo el cuerpo (si calculamos la inflación es probable que no resultase mucho más barata que una D3x actual).

Pero la reacción de Canon se produjo al año siguiente. En las Olimpiadas de Seúl, en el 88, la cámara usada por la mayoría de los fotógrafos deportivos era la Nikon F3; cuatro años más tarde, en Barcelona, predominaban las Eos 1 y los objetivos blancos, dominio que con el tiempo y en determinados campos profesionales llegó a ser insultante y que ha durado hasta hace bien poco, cuando la Nikon D3 ha conseguido equilibrar las cosas. Pese a que la F4 empezó con buen pie proporcionando a los usuarios de Nikon una evolución sin traumas, atrayendo a canonistas descontentos y cosechando todos los premios habidos y por haber, lo cierto es que la respuesta de Canon fue contundente y junto a la Eos 1 en el año 89 aparecieron una serie de objetivos L con motor de enfoque ultrasónico que de la noche a la mañana dejaron obsoleto el sistema Nikon gracias a su veloz y silencioso enfoque. El estabilizador de imagen a mediados de los noventa supuso la puntilla. El cambio de montura permitió a Canon introducir mejoras a una velocidad vertiginosa que Nikon no pudo contrarrestar adecuadamente y lo que en un principio a muchos pareció un error estratégico de Canon, a la larga se demostró como un gran acierto. A pesar de lo dicho antes, el enfoque de la F4 no es lento ni mucho menos. Cuando se critica su sistema de enfoque estamos hablando de situaciones de máxima exigencia dónde se requiere un enfoque rápido en modo continuo.
Volviendo a la Nikon F4, sólo hay que echarle un vistazo para darse cuenta de que es una cámara de transición entre las cámaras clásicas manuales y las modernas autofoco. Reúne características modernas pero carece de pantalla LCD y todos los ajustes se realizan por botones, levas y demás accionamientos manuales de los que puedo contar más de veinte en la mía sin fijarme mucho. Se cuidó especialmente la compatibilidad con lentes manuales, siendo hasta la aparición de la F6 la única Nikon capaz de medir en modo matrix con objetivos Ai. Su robustez es legendaria y su peso también, la mía pesa 1.630 gr con la empuñadura MB-21, baterías y un liviano 50 mm f1,8 (por comparar con algo, una Zenit TTL con un Helios 58 mm, un «hierro» soviético, pesa exactamente 1.000 gr). Esa circunstancia de “puente” entre las cámaras clásicas y las modernas es alabada por unos y criticada por otros: para unos reúne lo mejor de los dos mundos, para otros lo peor de ambos. Visto desde un punto de vista racional, no niego que los segundos no tengan sus razones, pero desde un punto de vista más emocional, para mi gusto, la F4 es una de las cámaras más bonitas que jamás se han construido y el feeling que proporciona es inigualable: transmite una sensación de calidad y poder que sólo está al alcance de algunos objetos fabricados con materiales de primera y con el cúmulo de experiencia y genio necesarios para convertirlos en un clásico.

Se fabricaron unas 600.000 unidades entre 1988 y 1997. El nº de serie empezó en 2.100.000 y acabó sobre el 2.700.000. A razón de algo más de unas 5.000 unidades al mes, una manera aproximada de conocer la edad de una F4 es hacer el cálculo con los datos anteriores. La Nikon F4 estaba disponible básicamente en tres sabores, en función de la empuñadura que montasen (hubo otras versiones menores pero no vale la pena extenderse). La F4 venía de serie con la empuñadura MB-20 que funcionaba con cuatro pilas AA. Si a una F4 se le monta una empuñadura MB-21 (se alimenta en total por 6 pilas AA y añade un botón de disparo vertical) se convierte en una F4s. Y si la empuñadura es una MB-23 (para batería Ni-Cd o 6 pilas AA) se convierte en una F4e.

Características técnicas de la Nikon F4:

Fabricante: Nikon
País de fabricación: Japón (montaje de componentes en la factoría de Mito, cerca de Tokio)
Año de fabricación: 1988-1997
Tipo de cámara: Réflex monocular autofoco de 35 mm con motor incorporado
Montura del objetivo: Bayoneta Nikon
Enfoque. Automático (único punto de enfoque central) y manual (con telémetro electrónico)
Objetivos compatibles: Todos los Nikon que le eches, las únicas limitaciones radican en que el VR no funciona y las lentes G sólo pueden operarse en modos P y S.
Modos de exposición: Manual (M), programa (P), prioridad a velocidad (S) y prioridad a diafragma (A)
Medición: Matrix, Central 60/40 y puntual, rango: 0 a 21 EV en matrix y 2 a 21 EV en puntual
Rango de velocidades de obturación: 1/8000 a 30 seg, más posiciones B y T. Sincro flash 1/250 sg
Visor (DP-20, el estándar): Intercambiable. Cobertura 100%. Magnificación 0,7X. Punto de mira 22 mm
Motor incorporado: Permite velocidades de 4 fps con la empuñadura MB-20 y 5,7 fps con la MB-21 y 23. Disponible modo silencioso a 1 fps.
Rango film ISO: 25 a 5000 ISO automático para película DX. 6 a 6400 ISO manual.
Dimensiones y peso:
con MB-20: 169 x 118 x 77 mm, 1.090 gr
con MB-21: 169 x 139 x 77 mm, 1.280 gr
con MB-23: 169 x 157 x 77 mm, 1.400 gr

Enlaces de interés:

F4 Mir.com

F4 FAQ  (Versión 5)

F4 FAQ  (Versión 6)

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